El próximo domingo 16 de julio a las 11.30h con la Misa y la imposición del escapulario.
El domingo 16 de julio celebramos la memoria de Nuestra Señora del Carmen, Patrona de los navegantes y de las benditas Almas del Purgatorio.
La Misa Solemne se celebrará a las 11’30 horas. En el curso de la misma se bendecirá e impondrá a todos los presentes el Santo Escapulario.
Esta devoción nació tras la aparición de la Virgen a san Simón Stock en el Monte Carmelo, lugar donde Elías consiguió que el pueblo de Israel volviese a dar culto al Dios vivo y verdadero. En ese monte, en la soledad, tuvo su origen con el correr del tiempo la orden religiosa de vida contemplativa, la orden carmelitana.
Los Carmelitas han sido conocidos por su profunda devoción a la Santísima Virgen.
Ellos interpretaron la nube de la visión de Elías (1 Reyes 18, 44) como un símbolo de la Virgen María Inmaculada, promoviendo su devoción mediante el escapulario.
El Papa Benedicto XVI, dijo el 15 de julio de 2006: «El Carmelo, alto promontorio que se yergue en la costa oriental del Mar Mediterráneo, a la altura de Galilea, tiene en sus faldas numerosas grutas naturales, predilectas de los eremitas. El más célebre de estos hombres de Dios fue el gran profeta Elías, quien en el siglo IX antes de Cristo defendió valientemente de la contaminación de los cultos idolátricos la pureza de la fe en el Dios único y verdadero. Inspirándose en la figura de Elías, surgió la Orden contemplativa de los «Carmelitas», familia religiosa que cuenta entre sus miembros con grandes santos, como Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Teresa del Niño Jesús y Teresa Benedicta de la Cruz. Los Carmelitas han difundido en el pueblo cristiano la devoción a la Santísima Virgen del Monte Carmelo, señalándola como modelo de oración, de contemplación y de dedicación a Dios. … A la Reina del Monte Carmelo deseo hoy confiar todas las comunidades de vida contemplativa esparcidas por el mundo, de manera especial las de la Orden Carmelitana. Que María ayude a cada cristiano a encontrar a Dios en el silencio de la oración».
Además, esta devoción a la Virgen del Carmen nos ayuda a rezar por las benditas almas del Purgatorio, deber de caridad para todos nosotros, ya que por nuestros difuntos no podemos hacer otra cosa que guardar su memoria y ofrecer sufragios por el eterno descanso de su alma.
En la parroquia, junto al altar de la Virgen del Carmen, disponemos de una alcancía para depositar limosnas que oportunamente se dedican a la celebración de Misas por las Almas del Purgatorio.